Historia
Un sueño centenario
Hablar del Colegio Divina Pastora de Getafe es adentrarse en el sueño de San Faustino Míguez; un hombre que aprende en el caminar diario, que Dios se sirve de instrumentos sencillos para grandes empresas. Un hombre que propone una educación integral: formar el corazón, lo sentimientos y la personalidad.
Así surge, en 1885, la primera fundación del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). En el año 1907 se abre el primer centro educativo en Getafe, para atender a alumnas huérfanas y, con el paso del tiempo, se convertirá en el colegio mixto, Divina Pastora.
Este se ha ido adaptando a las demandas de la sociedad sin perder su identidad cristiana. En 2007 celebramos el Centenario, acontecimiento que nos invitó a recrear nuestra vocación educadora, a seguir sembrando el reino de Dios entre los niños y jóvenes, especialmente entre los más pobres, y a soñar con hombres y mujeres creadores de una nueva sociedad desde la sabiduría del evangelio.
San Faustino Míguez
El P. Faustino Míguez nació el 24 de marzo de 1831 en Xamirás, Ourense. Su familia le inculcó la fe en Dios, la oración, la devoción a María, la solidaridad con los más necesitados y el trabajo.
Fue en el Santurario de Nuestra Señora de los Milagros, en Celanova, donde descubrió su vocación escolapia: ser sacerdote y educador, al estilo de San José de Calasanz.
En diciembre de 1850 ingresó en el Noviciado de las Escuelas Pías de Madrid donde hizo su Profesión de Votos Solemnes como Religioso Escolapio el día 16 de enero de 1853, siendo ordenado sacerdote el día 8 de marzo de 1856, en la parroquia de San Marcos de Madrid.
En 1857 fue destinado a Guanabacoa (Cuba), donde se manifestaron sus dotes de educador y sus inclinaciones a la botánica y al estudio de las propiedades terapéuticas de las plantas.
En 1860 fue trasladado de nuevo con destinos sucesivos en San Fernando, Getafe, Celanova y Sanlúcar de Barrameda. En 1873 fue nombrado bibliotecario en el Real Monasterio de El Escorial, donde aprovechó para seguir su faceta de investigador.
Posteriormente, fue enviado a Monforte de Lemos como rector y, en 1879, por segunda vez a Sanlúcar de Barrameda.
Fué aquí donde el Padre Faustino descubrió la necesidad de formación de las niñas, como años antes le había ocurrido a Calasanz con los niños de las calles de Roma. Y así, impulsado por el Espíritu, inició una nueva obra, la Congregación de Hijas de la Divina Pastora, dedicada a la educación integral de la infancia y juventud y a la promoción de la mujer.
Finalmente, en 1888 fue trasladado a Getafe, donde permaneció hasta su muerte, el 8 de marzo de 1925.
El 25 de octubre de 1998 el P. Faustino Míguez es declarado beato en Roma por Su Santidad, Papa Juan Pablo II. Durante la celebración eucarística, el Papa reconoce con las siguientes palabras la vida y obra del P. Faustino:
«El que se humilla será enaltecido» (Lc 18,14). Al elevar a la gloria de los altares al Sacerdote Escolapio Faustino Míguez, se cumplen estas palabras de Jesús que hemos escuchado en el Evangelio. El nuevo Beato, renunciando a sus propias ambiciones, siguió a Jesús Maestro y consagró su vida a la enseñanza de la infancia y la juventud, al estilo de San José de Calasanz. Como educador, su meta fue la formación integral de la persona. Como sacerdote, buscó sin descanso la santidad de las almas. Como científico, quiso paliar la enfermedad liberando a la humanidad que sufre en el cuerpo. En la escuela y en la calle, en el confesonario y en el laboratorio, el P. Faustino Míguez fue siempre transparencia de Cristo que acoge, perdona y anima. «Hombre del pueblo y para el pueblo», nada ni nadie le fue ajeno. Por eso, constata la situación de ignorancia y marginación en la que vive la mujer, a la que considera «el alma de la familia y la parte más interesante de la sociedad». Con el fin de guiarla desde su infancia por el camino de la promoción humana y cristiana, funda el Instituto Calasancio de Hijas de la Divina Pastora, para la educación de las niñas en la Piedad y las Letras. Su ejemplo luminoso, entretejido de oración, estudio y apostolado, se prolonga hoy en el testimonio de sus hijas y de tantos educadores que trabajan con denuedo e ilusión para grabar la imagen de Jesús en la inteligencia y el corazón de la juventud.
Papa Juan Pablo II
Desde este momento, Faustino Míguez es San Faustino Míguez, un modelo de fe y vida para la Iglesia Universal y, de un modo especial, para quienes sentimos como propio el carisma calasancio.
Su cuerpo incorrupto puede visitarse en la capilla del colegio.
Museo de S. Faustino Míguez
El 28 de octubre de 2000 se inaugura en Getafe el Museo Padre Faustino.
En él se exhiben, los fondos documentales de la vida del P. Faustino y de la Congregación por él fundada, el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora.
A través de documentos, fotografías, libros y otros objetos, queda plasmada la riqueza personal y carismática de un hombre polifacético que, como dijo Juan Pablo II, «…fue en la escuela y en la calle, en el confesionario y en el laboratorio, transparencia de Cristo que acoge, perdona y anima».
El Museo quiere ser memoria de la labor apostólica de este hombre al que nada ni nadie le fue ajeno y que hoy se prolonga en la misión evangelizadora del Instituto Calasancio.
Puedes visitarlo personalmente en el Paseo Pablo Iglesias Nº 5 – 28901, Getafe (Madrid).