Este domingo 14 de noviembre tuvimos la primera misa de las familias del curso. Nos sentimos de nuevo en casa. Y no era un domingo cualquiera, no, junto con el recuerdo del Domund, celebrábamos la Jornada Mundial de los Pobres. Una idea genial del Papa que pone en el centro a quienes más lo necesitan, que es precisamente quienes están también en el centro del corazón y de la acción de todos los misioneros. El papa Francisco nos recuerda que, cuando abrimos el corazón a Dios, es capaz de curarnos de nuestras cegueras para ver lo que necesitan los demás. Es lo que hacen nuestros misioneros y misioneras. 

Por si esto no fuera poco, también celebramos con los alumnos de tercero de primaria, el inicio de la catequesis de comunión en el cole. Como todos sabéis, gracias al respaldo de nuestro obispo de Getafe, Don Ginés, a partir de este curso comenzaremos a preparar a los alumnos del colegio para el sacramento de la comunión, dentro de nuestro itinerario de iniciación cristiana al estilo calasancio. ¡Y qué mejor que este día del Domund y la Jornada Mundial de los Pobres para comenzar oficialmente con la catequesis! 

Nuestro sacerdote, el Padre Antonio Montero envió a los alumnos de tercero y a sus familias, a ser anunciadores de la Buena Noticia en casa, con los compañeros de clase, con los amigos. Se les hizo entrega de los evangelios, la Buena Noticia, que repasa la vida de Jesús de Nazaret y que iremos conociendo, semana a semana en nuestro grupo de catequesis.

Terminamos rezando juntos la oración del Domund propuesta para este año. Os la compartimos, por si queréis volver a rezarla:

 

Señor, contigo he visto y oído que las cosas pueden ser diferentes;

que el desánimo y el cansancio no tienen la última palabra,

porque Tú no abandonas a nadie al borde del camino.

Contigo he visto y oído que Tú vives y quieres que yo también viva, que eres bondad y misericordia, y que me envías a compartir este anuncio –el anuncio más hermoso– 

dejando brotar la alegría con la que inundas mi corazón.

Señor, yo quiero ser amor en movimiento, como Tú. 

Te lo ruego: pon en marcha al misionero de esperanza que llevo dentro, 

para que cuente lo que he visto y oído a todos mis hermanos del mundo. Amén.

 

¡Os esperamos en la próxima misa de familias!

Buscador

Buscador

Información