Como cada año, celebramos el día del padre Faustino, nuestro fiel compañero y guía en el camino de la fe e igualdad, del amor incondicional, respeto y dedicación durante tantos años.
Nos llena de satisfacción poder acompañar y guiar a los alumnos hacia el camino del aprendizaje, un camino lleno de retos y experiencias marcados por el espíritu Calasancio.
Donde la vocación, unión y compromiso, son aspectos fundamentales que queremos cuidar y tener en cuenta en la misión llevada a cabo por el padre Faustino; maestro al cual debemos esta enseñanza, ejemplo de cómo seguir a pesar de los obstáculos, trabajando por y para los demás, al igual que los maestros, quienes ponemos nuestro granito de arena para crear un mundo mejor y más justo, dejando una huella en cada uno de nuestros alumnos, pero no una huella cualquiera, sino una que jamás podrá borrarse llamada amor.
Pero Faustino no solo se centró en la enseñanza, sino también en la dedicación hacia las personas más necesitadas, aquellas a las que debemos ayudar y dar voz.
Una vez más, seguimos con este compromiso siempre desde el colegio, sin dejar atrás a los que todavía hoy, siguen luchando por sobrevivir a la incertidumbre, al hambre y a la injusticia.
Por todo ello, dedico unos versos en honor a su importante trayectoria a través de este poema.
Hombre de fe y carisma,
Nacido en campo español,
brinda sus brazos al cielo
y rogando aclama al señor.
Júbilo y alegría entre su gente,
abraza a los niños de Dios,
cuida del pueblo perdido,
con paciencia y mucho amor.
Maestro en ciencias y letras,
curaba con plantas y flores,
guiando el camino de los niños,
educaba siempre en valores.
Diana Madrid Muñoz